jueves, 3 de abril de 2008

Aventuras del más allá

“Aventuras del más allá”
Autora: CArmen Lilia Aguiar
Hace muchos años, una familia que vivía en Los Ángeles se cambió a un pequeño condado llamado “Salen Statu”en la ruta 56. En esa familia había dos niños muy curiosos: una niña llamada Alejandra y un niño llamado Diego. Un día, Alejandra decide ir al bosque en busca de leña para la cabaña pero como no encontró nada, sólo vio a lo lejos un pantano con una enorme casa. Ya era tarde y tenía que regresar. Cuando vuelve, le dice a Diego: -¡ Vi un pantano con una enorme casa en el bosque! -¿Si?
-¡Sí! -¿Y qué hay?
-No entré porque me dio miedo.
Al otro día, Alejandra vuelve al bosque y Diego decide acompañarla. Cuando llegan al pantano se dan cuenta que era muy grande y que tenían que ir en canoa para alcanzar la otra orilla. Mirando con atención, descubren una balsa y ambos deciden llegar hasta la casa.
Una vez allí, tocaron, pero como nadie abría, deciden entrar por el patio trasero que parecía panteón de tan grande. Buscando, encuentran una puerta con un ventanal muy amplio y lo abren. En el mismo momento sienten que una fuerte corriente de aire frío sale y escucharon un tenue murmullo diciéndoles -¡Váyanse o les pasará algo malo!
Cuando llegaron a la entrada principal vieron que la balsa había desaparecido y como su casa quedaba muy lejos y les daba miedo nadar hasta la orilla, decidieron pasar ahí la noche; entonces fueron a investigar para ver si había colchas, o lámparas para alumbrar la casa ya que era muy obscura. En eso suben las escaleras y encuentran un largo pasillo con muchas puertas. Alejandra abrió una y encontró un enorme tocador con muchos perfumes, muchos cuadros que al caminar parecían que te miraban, un enorme baño con decoraciones de oro y un enorme jacuzzi que también tenía decoraciones doradas. Alejandra decide acostarse. La cama era suave como la seda e inmediatamente se quedó dormida.
Diego también se había quedado dormido.Al otro día Alejandra se despierta sintiendo frío, como si hubiera dormido en una cama de hielo; va a buscar a Diego y le dice : -¡Vámonos de aquí! -¿Por qué? Alejandra le dice:

-Porque esta casa está ¡EMBRUJADA!.

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