jueves, 3 de abril de 2008

“Las Crónicas de Gracetoll: el medallón, dos chicos y al pasado

**Literatura para Adolescentes**
Capítulo 1. “EL MEDALLÓN”

Caminaba un poco agitada por el pasillo que conducía al salón de su clase de física, llevaba una maleta muy pesada que parecía tener mil piedras. Eran ya las 12:00 del día, todos los alumnos de la secundaria Gracetoll se hallaban sumergidos en sus estudios, esperando a la vez la llegada del recreo. Jane, una chica de cabello castaño, ojos color miel y delgada, se encontraba cargando aquella maleta tan pesada y con gran dificultad pudo llegar a su salón de clases.

-Aquí tiene su maletín, profesor- dijo la chica agotada.
-Gracias señorita Roonsworth (El apellido de Jane), siéntese- le dijo el profesor tomando la pesada maleta- Ahora, continuando con lo visto hasta ayer, ¿Hay dudas?
-No maestro- respondió la clase al unísono.
-Muy bien, me alegra. Empezaremos un nuevo tema que es “La relación espacio- tiempo”.

La clase parecía no tener fin, los minutos se hacían horas y ésta no daba lugar al recreo. Esa vez el maestro les explicó que gracias al avance de la tecnología, en cierto tiempo se podría viajar al futuro y al pasado para descubrir sus maravillas.
A todos los alumnos les aburrió la clase, e incluso ni les importó. Así terminando la clase llegó el tan ansiado recreo haciendo parecer los pasillos una jungla. Jane en cambio, salió cabizbaja y sola ya que sus amigos se habían ido entre la multitud desaforada; el patio se encontraba a pocos metros de ahí, así que no tardó en llegar.

-Jane, ¿En dónde estabas?- le preguntó Rupert, uno de sus dos mejores amigos. Era pelirrojo, con ojos azules, alto y delgado- Nos tenías preocupados.
-Sí Jane, ya no vuelvas a asustarnos así- Le dijo Daniel, su otro mejor amigo que acababa de aparecer, tenía ojos color esmeralda, cabello negro y era delgado.
-Perdónenme, es que el maestro me detuvo antes de salir- les dijo preocupada y a la vez enojada. La chica se quedó callada y los otros dos la miraron extrañados, ella respiró profundo tratándose de controlar y contestó:

-Es que el maestro quiere que realice un trabajo junto con...con...Ma...¡¡Mason!!- gritó- ¡¡¿¿COMO SE LE OCURRE SEMEJANTE COSA??!!¿¿QUE NO SABE QUE NO LO PUEDO VER NI EN PINTURA??
-Tranquila Jane, no es tan malo- dijo el pelirrojo.
-¡¡CLARO QUE SÍ!!- gritó de nuevo, tomó una gran bocanada de aire para tranquilizarse y más calmadamente dijo- Es que lo peor es que tendré que pasarme esta semana todo el tiempo junto a él, desde la entrada a la escuela hasta tarde en la noche.

Rupert y Daniel se quedaron boquiabiertos con el comentario y más por el hecho de tratarse de su más letal enemigo. Pero nada podían hacer, así que de mala gana tuvieron que aceptar.
Los días pasaron volando, tanto que después del lunes de haber hablado con sus amigos, el jueves recién empezaba, luego de un arduo trabajo en la escuela. Por la calle trasera de la escuela se encontraba el chico rubio de ojos gris azogue junto a la chica castaña, rumbo a la casa del ojigris para acabar con su tarea. Ninguno de los dos hablaba, ni se miraban. Tom (El nombre de Mason, ya que Mason es sólo el apellido y no el nombre) caminaba con la mirada en alto y Jane cabizbaja.

-¿Por qué tan callada Roonsworth?- le preguntó el ojigris.
-Por nada...sólo pensaba- le contestó.
-¿En qué?
La castaña se quedó callada. No sabía qué decirle a Mason... ¿La verdad?...No, no podía, ella no mentía, ni siquiera para evadir su pregunta, si no, porque pensaba en alguien, pensaba en sus ojos, su sonrisa, su cabello y su mirada, le gustaba verlo caminar...Pero no podía dejar que se enterara lo que sentía...por él.
Al principio ella lo odiaba muchísimo, pensaba que era un egoísta, un patán ególatra que se paseaba por la escuela como si fuera el rey de Inglaterra, pero eso había cambiado después de todo el tiempo que había pasado junto a él...ahora le gustaba, y mucho.
Se detuvo, respiró profundo y le dijo:

-En que...teniendo a más gente por escoger, el profesor te tuvo que elegirte para que trabajáramos juntos- ahora sí mintió.
Mason no le creyó, pero no le dio importancia- ¿Cuántas veces hablamos esto? Pensé que eras una niña lista, que captabas todo a la primera...pero veo que no. A ver déjame, te explico, el que trabajemos juntos fue culpa del profesor y no mía, ésto para mi no es un placer ni me gusta y tener que soportarte todo este tiempo ha sido un martirio. Ya aclarado todo ésto, el trabajar contigo es la peor cosa que me ha podido pasar, así que ¡¡¡apúrate!!!
-¡¡¡Eres un mugroso patán!!! Ególatra, presumido, arrogante, vil, cruel, despreciable que sólo piensa que todos somos menos que tú y que nadie merece hablarte, escucharte y tenerte cerca.
-Gracias por los cumplidos, Roonsworth- dijo hipócritamente.
-¡¡ERES...qué importa, porqué perder el tiempo contigo!!- Dijo la castaña y una sonrisa ganadora apareció en la cara del rubio.
Venía Jane muy ocupada en la plática cuando le advirtió el rubio:

-Cuidado con la tabla- le dijo, Jane no le hizo caso y ya, a unos metros le gritó- ¡¡CUIDADO!!

Pero era tarde, Jane tropezó y cayó en los brazos del ojigris. Se miraron fijamente y el silencio se apoderó de los dos, un rosado tiñó las pálidas mejillas del chico al igual que las cetrinas mejillas de la chica, luego se separaron.

-Hmmm...¿Estas bien?...-le preguntó el rubio.
-Si...bueno, no. Me he lastimado el tobillo- le dijo y se agachó a verlo, se lo sobó y al tratar de moverlo, no pudo. Se incorporó pero volvió a agacharse, noto algo entre su pie y la tabla, brillaba mucho y era también muy pequeño, lo tomó entre sus manos y lo examinó, luego Mason se lo arrebató.

-¿Qué es Roonsworth?- le preguntó.
-No lo sé, no es mío, lo he encontrado debajo de la tabla- le contesto.
-¿Qué crees que sea?
-No estoy segura, creo que es un medallón.
-Vamos a abrirlo, o mejor...a quedárnoslo- le dijo el ojigris con una mirada avara.
-¡¡No!! Vamos a abrirlo ¿ok? Y si tiene un nombre o algo que nos ayude a identificar de quien es, lo entregamos al director mañana.
-¿Tratando siempre de ser la alumna excelente?
-Cállate, no me molestes, ahora dámelo- Tom le pasó el medallón.
-Muy bien, gracias- las manos le temblaban un poco, tomó el segurito que tenía y lo abrió...

Un resplandor dorado los envolvió, toda la calle se iluminó y se oyó el grito de los dos chicos, el resplandor terminó y la calle se encontró vacía.









































Capítulo 2. “EL SECRETO”

Abrió los ojos y se encontró tirado al lado de la castaña, estaba mareado y le dolía la cabeza. Se incorporó y notó que traía puesta una ropa muy extraña y que curiosamente se encontraba en la misma acera.

-¿Qué rayos traigo puesto? Que ridículo me veo- se decía a sí mismo, pero pronto calló, Jane se hallaba todavía junto a él sin moverse y con los ojos cerrados.
Se acercó y la observó, traía también una ropa muy extraña pero se veía muy hermosa...(¿Qué?...¿creyeron que sólo Jane sentía algo por Tom?)Pues no es así, a él también le había empezado a gustar pero lo escondía un poco mejor que ella) ahí recostada sobre el asfalto, miró sus ojos, sus labios, para después detenerse en su cuello.
Ahí encontró, que el medallón colgaba de este...pero algo no estaba bien... Jane aún no despertaba y respiraba con dificultad.
No había nadie en la calle- ¿Qué hago? ¡¡¿A dónde la llevo?!!- la tomó entre sus brazos y empezó a correr- ¿Qué hago?, ¡¡Por dios!!, ¿Cuánto pesa?- se decía a sí mismo.

Después de un rato de correr, la llevó a un hospital que encontró por casualidad, donde después estaría la biblioteca de la ciudad.
-¡¡Doctor!!¡¡ALGUIEN QUE ME AYUDE!!- gritó desesperado.
-Aquí, yo lo ayudo- dijo un doctor que acababa de llegar- ¿Qué tiene la muchacha? ¿Qué le ha pasado?- le preguntó revisándola.

Al no saber exactamente qué estaba ocurriendo ni el por qué, mintió- Se ha caído, respira con dificultad y no despierta, ¡¡DÍGAME, ¿QUÉ HAGO?!!- el doctor le indicó que la depositara en la camilla.
Éste llamó a más enfermeras y se la llevaron a otra sala. Mason se quedó parado...ahí viendo cómo se alejaba, ahora lo único que quedaba hacer, era esperar.

-¿Señor?- dijo el doctor después de un rato desaparecido
-¿Qué pasó? ¿Qué tiene? ¿Se va a recuperar?, bueno ya dígame, no se quede callado que me tiene con la angustia en la cabeza- dijo velozmente.
-Tranquilízate, se golpeó la cabeza y perdió el conocimiento, pero no te preocupes, se va a recuperar- dijo y le sonrió- Oye, por cierto... ¿Esa chica y tú, ¿son...novios?
Mason abrió la boca y luego la volvió a cerrar, después de eso dijo:
-Bueno...pues la verdad...no. Pero éso ¿Qué tiene que ver ahora?- le preguntó.
-Por nada, bueno saldrá en unos minutos y podrán irse, adiós- el doctor se alejó y volvió a quedarse solo.

Cinco minutos después llegó Jane, aún con el medallón colgando de su cuello.
-Y... ¿Cómo estas? ¿Te sientes bien?- le preguntó Tom.
-Sí, me siento bien, gracias. ¿Qué ha pasado?...mas bien, ¿En dónde estamos?- dijo confundida.
-Pues...no sé, después de lo que pasó con el medallón, desperté y te encontré junto a mí, vestidos raramente y traías el medallón en tu cuello- le dijo y señaló el medallón que portaba.
-Ahhh...ok, hablando del medallón...mejor lo guardo en mi mochila- se trató de quitar el medallón y no pudo, sólo se vio un resplandor dorado.
-¡¡NO PUEDO!!¿¿Qué hago??- gritó la chica.
-¿Cómo que no puedes?-dijo él.
-Pues no puedo, mira- jaló el medallón y otra vez salió un resplandor dorado.
-Ok, ya déjatelo. Mejor vámonos a mi casa.

Dicho ésto salieron del hospital y se dirigieron a casa de Tom. Al llegar, la casa no estaba ni rastro de sus padres, los dos chicos se quedaron perplejos, ¿Qué estaría pasando?

-Tom estamos en el pasado- le dijo la castaña temerosa.
-¿Cómo crees?, deja de jugar, no es posible- dijo sin darle importancia.
-Tom estamos en el pasado- dijo una vez más.
-¡¡¡AHHH!!! ¡¡Ya cállate!!... a ver, si eres tan lista... ¿Cómo lo sabes?- preguntó.

Jane levantó su mano y le indicó que trajera el periódico que se encontraba en la casa de al lado. Tom fue por él y se lo entregó, ésta lo abrió y los dos observaron la fecha:
“EL DESPERTADOR”
Jueves 23 de Junio de 1960.

El silencio no se hizo esperar, tanto chico como chica estaban boquiabiertos mirando el periódico, Jane lo dobló y lo regresó a su lugar. Tom seguía inmóvil y con la mirada perdida, Jane lo sacudió un poco y le indicó que siguieran caminando.

-¿Qué raro no crees?- preguntó la castaña.
-...- el ojigris seguía sin habla.
-Bueno, no es tan malo...ahora tenemos que buscar cómo hacer para regresar- dijo la chica.
-...-nada podía salir de la boca del ojigris.

Así la noche llegó y sin más lugar para quedarse, se metieron en una construcción cerca de donde se suponía estaba la casa de Daniel. Prendieron una fogata y ya se disponían a dormir cuando Tom se levantó y se sentó junto a la castaña.

-¿Cómo vamos a regresar?- le preguntó el ojigris.
-No lo sé- dijo preocupada.
-A lo mejor, la respuesta está en el medallón- sugirió el rubio.
-Sí...tienes...razón...bueno¡ ¡Hasta que estoy de acuerdo en algo contigo!!- dijo tocándose la frente- ¿Estaré enferma?
-¡¡Jajajajaja!! que graciosa...sigue ensayándolo que todavía no te sale- dijo sarcásticamente.
-Sí, claro- tocó el medallón y nada pasó- ¡Qué raro!- dijo.
-¿Qué?- preguntó el rubio- ¿Qué seas mala comediante?....jajajajaja ¿No te habías dado cuenta?- dijo el chico mientras reía.
-Nada de eso, es que en el hospital...cuando lo toqué resplandeció y ahorita no.
-Si...intenta desear abrirlo a ver si así pasa algo- respondió el ojigris.
-Esta bien- la chica volvió a tomar el medallón y deseó abrirlo.

Esta vez, otro resplandor dorado iluminó la habitación, en la pared se podía observar un mensaje. Tom no lo podía leer, no le entendía pero Jane extrañada por el hecho de que lo podía leer, comenzó a decir:
-“Al pasado has regresado, el camino a tu tiempo para volver, se verá muy complicado.
Encontrar al propietario de este medallón te dirá la solución de esta prueba en la vida, que te has enfrentado hoy”-el medallón se cerró dejando la habitación en penumbras otra vez.

Jane lo abrió de nuevo y encontró en él, la foto de una muchacha. Le pareció vagamente familiar, Tom se acercó a mirar y como por arte de magia, el medallón se cerró con un fuerte “Clic”.










































Capítulo 3. “ACLARANDO COSAS”

La mañana siguiente, estuvo atareada para los dos chicos. Tom fue al norte de la ciudad con la foto de la chica a preguntar si alguien la reconocía, mientras Jane al sur con una copia de la foto.
Habían quedado de verse en la calle trasera de la escuela o más bien, de unos edificios abandonados.

****Mientras tanto, en el 2007****

-¿Por qué la mamá de Jane y el padre de Tom están aquí?- preguntó un chico moreno.
-No lo sé, pero mejor entremos que vamos tarde- sugirió un chico pelirrojo.

Las clases habían empezado y ni rastro de los dos chicos que hasta ayer se sabía algo de ellos, Daniel y Rupert se quedaron preocupados.

-Buenos días alumnos- dijo el director.
-Buenos días director Danyor.- dijeron a coro.
-Les tengo un aviso muy importante...La señorita Roonsworth y el señor Mason salieron ayer juntos rumbo a casa de los Mason......Pero no llegaron, no están en casa de los Roonsworth tampoco. ¿Alguien tiene idea de dónde puedan encontrarse?- preguntó el director.
-......-Nadie respondió.
-¿Nadie sabe?- volvió a preguntar.
-La última vez que los vi, caminaban por detrás de la escuela- dijo un chico que se encontraba en la parte de atrás del salón.

Daniel y Rupert se quedaron perplejos. ¿A dónde se había llevado el tonto de Mason a Jane? ¿Por qué no habían regresado?
Daniel se acercó a Rupert, no tuvo que levantarse pues estaban sentados lado a lado.

-Esto huele a gato encerrado- le susurró Rupert a Daniel.
-Sí, ¿A dónde se la pudo llevar ese maldito tonto?- le preguntó Daniel.
-No sé, pero si le hace algo o le pasa algo se las va a ver conmigo- dijo enojado Rupert.
Y conmigo también- lo secundó Daniel, dicho ésto regresó a su lugar.

****En 1960****

Eran ya las 4:00 de la tarde, después de tanto buscar a la chica del medallón, Tom caminaba directo al lugar donde se habían quedado de ver Jane y él. Pensaba en todo lo ocurrido durante este tiempo y porqué, en algún lugar remoto de sí mismo sentía algo por Jane.

-¿Atracción física?...pues no, bueno sí...un poco, ¿Amistad?...menos, ¿Me gusta?...no, imposible, jamás me podría llegar a gustar. ¿Qué estoy pensando? ¿Me habré vuelto loco?...pero... ¿Y si es verdad?, tendré que comprobarlo de algún modo ¿Pero cómo?- se decía a sí mismo.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que…

-¡¡Auch!! ¡¡Fíjate por dónde caminas!!- le espetó la chica sobándose las manos.
-Perdón, no me fijé que estabas ahí- le dijo el ojigris, se levantó y le ayudó a levantarse- ¿Estás bien?- le preguntó.
-Sí, gracias- le contestó.

Cuando Tom tuvo por fin la oportunidad de verla mejor, se dio cuenta de que esa chica era la que había estado buscando todo el santo día, aún así, para cerciorarse de que no se confundía, sacó la foto de su bolsillo y la examinó, después examinó a la chica y la volvió a guardar.

-¿Tienes algún problema?- le preguntó la chica ante el comportamiento del ojigris.
-¿Cómo te llamas?- le preguntó el rubio.
-¿Por qué te interesa saberlo?
-Sólo dimelo, por favor- le contestó el ojigris.
-Me llamo Emma, ¿Y tú?
-Tom, ¿podrías acompañarme?
-Pues, la verdad, no sé, dependiendo adonde quieras que te acompañe- le dijo la chica.
-¿Conoces los edificios abandonados por la calle principal?- le preguntó.
-Sí, ¿Por qué?
-Pues ahí es donde iremos- le dijo, la tomó de la muñeca y salieron corriendo hacia aquel lugar.

Al llegar, Jane todavía no aparecía, así que el rubio le indicó a la chica que se sentara y le dijo que no tardaría mucho, que luego podría regresar a su casa.
Diez minutos más tarde, por la esquina de la derecha, Jane apareció corriendo y Tom se levantó para que lo pudiera ver.
Por fin llegó, respiró profundo varias veces y le dijo:

-¿Encontraste algo?
-Pues la verdad...sí, espera aquí ahorita vengo- dicho ésto corrió a la acera de enfrente, tomó a la chica de la mano y se dirigieron hacia Jane- Encontré a la dueña del medallón, se llama Emma- le indicó a la muchacha.
-¡¡Guau!! ¡¡No te lo creo!! ¿Cómo hiciste?- preguntó incrédula la castaña.
-Pues...es una larga historia, y...- no pudo terminar, la castaña lo abrazó fuertemente y le plantó un beso en la mejilla, después se dirigió a la otra chica que miraba la escena con ojos de ternura.
-Mucho gusto, me llamo Jane y creo...que este medallón te pertenece- le dijo y le mostró el medallón que traía en el cuello.
-Sí, ¿De dónde lo han sacado?- preguntó.
-Bueno, ¿Tienes tiempo de quedarte a oír una historia?- le preguntó Tom después de haberse quedado sin habla ante la reacción de la castaña y aún con un color rosado en las mejillas.
-Mmmm...Sí, claro-dijo la chica.
Jane empezó a contarle cómo fue que lo habían encontrado y el por qué de la necesidad de buscarla para aclarar algunas cosas. La noche se avecinaba y la historia de Jane terminaba, tanto así para que después de unos minutos de procesar la información en su cabeza, Emma contestara:

-¿O sea que vienen del futuro?

-Pues...si, tu medallón, por así decirlo, nos trajo al pasado con magia o no sé qué...pero...-le dijo Jane.
-Pero necesitamos tu ayuda para poder volver- terminó Tom.
-¿Mi ayuda?- preguntó Emma.
-Sí, ¿Tienes que hacer algo? O ¿Necesitas que alguien haga algo por ti?- le preguntó la castaña.
-Mmmm...Pensándolo bien...ese medallón que traes puesto, se lo regalé a mi novio hace un par de días- dijo Emma.
-¿Crees que lo haya perdido?- preguntó el ojigris.
-Me imagino que sí, fue un regalo de despedida puesto que se marcha mañana a vivir en América...se lo di para que no me olvidara, y ahora...- empezó a llorar, era tanta su tristeza que no pudo continuar lo que estaba diciendo.
Jane se acercó a ella y la abrazó- Tranquila, te ayudaremos a que tu novio lo recupere-le dijo tratando de calmarla.
-Sí, mañana a primera hora lo buscaremos en la estación de trenes- le contestó Tom- Por ahora deberás ir a tu casa, mañana te buscaremos nosotros...aún así te acompañamos hasta allá.

Salieron directo a casa de Emma para poder encontrarla, no vivía muy lejos de donde habían quedado la noche anterior, así que decidieron volver a pasar la noche en la construcción cerca de casa de Daniel.
Al llegar, Jane y Tom se despidieron de Emma, esperaron hasta que se metiera y volvieron a continuar su camino.

-Tom, la casa de Emma se me hace muy familiar- le comentó.
-¿Por qué te parece?- le preguntó.
-No sé, siento que la he visto en algún lugar.
-Pero si es una casa antigua, no es posible que la hayas visto antes.
-¡¡Tom!! ¡¡Es la casa de mi abuela!!- gritó.
-¡¡ ¿ QUÉ? !!
-¡Sí!, con razón se me hacía tan familiar...entonces...- Jane lo dudó un poco, pero luego dijo- Sí, esa es la casa de mi abuela, Emma es...¡¡MI MAMÁ!!- gritó una vez más haciendo que el rubio perdiera el equilibrio y cayera al suelo.
-¿Pero cómo...?- preguntó el chico desde abajo.
-¡¡Sí!! El día que vimos la foto en el medallón, la muchacha se me hizo muy familiar.
-Pero ella es...es...¡¡Igualita a ti!! Al principio creí que era una coincidencia, pero ahora está más que claro- le dijo el chico incorporándose- Por eso tú traes puesto el medallón y yo no.
-¿Y éso qué tiene que ver?- preguntó.
-¡¡Mucho!! El hecho de que tú traigas el medallón es porque pertenecía a algún familiar tuyo, por eso no lo llevo puesto, aunque yo también hubiera podido tenerlo. Haciendo alusión a lo que dije, nos trajo el medallón al pasado para que terminemos algo que no fue resuelto y que perjudicaría el futuro de no hacerlo.
-¿Eh?...¡¡Tienes la boca llena de razón Tom!! Pero no sabremos qué es éso que no fue resuelto hasta mañana- dijo un poco desilusionada después de haber descubierto tanto.
-Sí bueno, mejor vámonos a descansar- dicho esto continuaron su camino hacia la construcción.



Capítulo 4. “RESOLVIENDO EL PROBLEMA Y REGRESANDO AL PRESENTE”

Corriendo a más no poder, chocando con cuanta gente se toparan, los tres chicos se hallaban a unos metros de la estación de trenes.
Esa mañana Jane y Tom habían decidido ir por Emma temprano para alcanzar a su novio, puesto que este partía a las 11 del día.

-¿Cuánto falta para llegar?- preguntó Jane.
-No mucho, vamos ¡¡Dense prisa!!- gritó Tom
-¡¡¡Sólo lo dices por que tú no llevas cargando seis manzanas, dos mochilas!!!- le gritó Jane un poco enojada.
Tom se detuvo y esperó a que llegaran, una vez que lo alcanzaron, Tom tomó las dos mochilas y de nuevo empezó a correr.

Faltaba una hora para que partiera el tren del novio de Emma, así que apuraron el paso.
Al llegar a la estación de trenes, se dirigieron al andén 7 para poder encontrar al susodicho. Dejaron las mochilas cerca de un poste y Tom le preguntó a Emma:

-Y...¿Cómo vamos a saber quién es tu novio?
-Se llama Jason Macflinter- les dijo
-Pero con el nombre no basta....¿Tienes alguna foto de él?- le preguntó Jane.
-Hmmm....deja veo- metió su mano en su bolsillo derecho de la chamarra y empezó a buscar- Listo, la encontré...es él- les pasó la foto y señaló a un muchacho de cabello negro con ojos color azul.
La foto se veía que la habían tomado hacía mucho, en ella se apreciaba un jardín con toda clase de flores; se podían ver, al centro, dos chicos abrazándose y a la vez sonriendo.
-¡¡Qué lindos !! bueno, ahora....a buscarlo- dijo y suspiró.
-Sí, vamos- contestó Emma.

Pero Tom, estaba más ocupado pensando en ciertos sucesos que desde hacía unas horas, no lo dejaban concentrarse.
Sucesos que le aclararían lo que sentía por Jane...y entonces recordó...

“-Cuidado con la tabla- le dijo, Jane no le hizo caso y ya, a unos metros le gritó- ¡¡CUIDADO!!

Pero ya era tarde, Jane tropezó y cayó en los brazos del ojigris. Se miraron fijamente y el silencio se apoderó de los dos, un rosado tiñó las pálidas mejillas del chico al igual que las cetrinas mejillas de la chica, luego se separaron.

-Hmmm...¿Estás bien?...-le preguntó el rubio.
-Sí...bueno, no. Me he lastimado el tobillo- le dijo y se agachó a verlo, se lo sobó y al tratar de moverlo no pudo. Se incorporó pero volvió a agacharse, notó algo entre su pie y la tabla, brillaba mucho y era también muy pequeño, lo tomó entre sus manos y lo examinó, luego Mason se lo arrebató.”

A penas terminaba de recordar cuando otro recuerdo invadió su mente...

“-¿Encontraste algo?
-Pues la verdad....sí, espera aquí ahorita vengo- dicho esto corrió a la acera de enfrente, tomó a la chica de la mano y se dirigieron hacía Jane- Encontré a la dueña del medallón, se llama Emma- le indicó a la chica.
-¡¡Guau!!¡¡No te lo creo!! ¿Cómo le hiciste?- preguntó incrédula la castaña.
-Pues...es una larga historia y...- no pudo terminar, la castaña lo abrazó fuertemente y le plantó un beso en la mejilla, después se dirigió a la otra chica, que miraba la escena con ojos de ternura.”

Hace tiempo estaba muy confundido, pero después de haberlo meditado tanto estaba más que seguro que lo que sentía por Jane era nada más y nada menos que...amor.

-Tom... ¿Estás ahí?- preguntó Jane, pasando sus manos cerca de la cara del chico para ver si reaccionaba.
-¿Ehh?...A sí, sí estoy aquí....Pero ¿Qué esperan? Vamos a buscarlo- dicho esto salió disparado hacía un lado como si nada hubiera pasado.
-Qué raro es tu novio- le comentó Emma.
-Ok, primero, no es mi novio, sólo somos compañeros de salón y segundo...tienes toda la razón- dijo Jane y se empezó a reír.
-¡¡ES ÉL!!- gritó Tom.
Emma volteó a la dirección que apuntaba Tom y se cercioró de que no se equivocaba, efectivamente, ese chico era su novio.

Jane tomó el medallón y deseó quitárselo, éste como si estuviera vivo, saltó del cuello de Jane a su mano para después resplandecer un poco.
Se lo pasó a Emma y ella corrió hacia donde se encontraba su amado, cosa que aprovechó Jane y jaló al rubio de la mano para luego llevárselo adonde se encontraban sus mochilas.

-¿Qué pasa?- le preguntó.
-Ése no es mi papá, Tom- le dijo confundida la chica.
-¿A no? Entonces ¿Quién es?
-No sé, debió de haber sido un novio antes que mi papá.
-¡¡Mira!!- le indicó el ojigris, Emma corría a la par del tren gritando que se detuviera, Jason, su novio, ya se encontraba dentro del tren y éste ya salía de la estación.
Emma se detuvo observando cómo se alejaba el tren, cómo se alejaba su novio y llevándose consigo todo el amor que le dio; Jane y Tom corrieron junto a la chica para consolarla.

-¿Cómo pudo pasar esto?- dijo Jane- Llegamos aquí una hora antes y apenas son las 9:45.
-A lo mejor adelantaron la hora de salida del tren- sugirió Tom.
-Cuanto lo siento Emma.... ¿Ahora qué vamos a hacer?- Jane tomó a Emma por los hombros y pudo ver que una fina lágrima resbalaba por su mejilla.
-No llores, por favor- le pidió Tom.
-Será mejor que regresemos a tu casa- dijo Jane.

Los tres chicos salieron muy desilusionados, ¿Cómo es que plan tan perfecto pudo salir mal? ¿Ahora cómo volverían al presente?
Ninguno de los tres hablaba, era más la tristeza que sentían que hasta bien podían quedarse ahí parados como muertos vivientes.
Llegaron a la calle principal, ésta ya no lucía como antes, había mucha gente alrededor de unas tablas y un hoyo cerca de los edificios abandonados.

-Tom, ¿Puedo hablar contigo?- preguntó Jane.
-Sí claro, permítenos tantito Emma- dijo el chico.
-Sí, está bien.

Los dos chicos caminaron hacía un lugar donde Emma no los pudiera oír.
-Tom, mi mamá me contó que conoció a mi papá gracias a un accidente, uno grave.- le comentó la chica.
-Y... ¿Éso qué?
-Qué todo empezaba cuando venía caminando con unos amigos, por la calle trasera de la escuela, o sea estos edificios....que luego, entre tanta gente no había podido ver un hoyo y tropezaba con él. También me dijo que su pie había quedado sumergido en él hasta la rodilla y que entre toda esa gente se encontraba mi papá, que él había ayudado a los bomberos a sacarla y que desde ese momento, supo que él era el hombre de su vida.
-No, pues sí....que romántica historia. Pero no crees que....
-Sí, Tom, esta historia la vamos a vivir....en unos 5 minutos- dijo Jane para finalizar.
-Pero entonces... ¿Qué era éso que teníamos que resolver?- dijo mirando hacía donde se encontraba toda la gente.
-No sé, será mejor que continuemos para ver qué pasa- sugirió la chica.
-Ok.

Terminaron de hablar y se juntaron con Emma, para continuar caminando rumbo a su casa.
Se habían ya acercado adonde ocurriría el encuentro de los padres de Jane y para no hacerla de emoción, los tres chicos empezaron a charlar hasta que Emma metió su pie en el hoyo y éste quedó sumergido hasta la rodilla.
Jane y Tom se apartaron para esperar a que el padre de ella llegara a ayudar, toda la gente gritaba pidiendo ayuda, por fin los bomberos hicieron su aparición, llevaban dos taladros, unas sogas y lámparas para poder socorrer a la víctima.
Si los bomberos no se apuraban a liberarla y continuaba ella en esa posición......podía llegar a perder la pierna, se había hecho tres cortes profundos y se había fracturado, el tiempo era un límite en la lucha para salvarla.

Pero el padre de Jane aún no aparecía, ni rastro de este había, Jane estaba muy preocupada, así que se puso a buscarlo entre toda la gente.
Llevaba ya cinco minutos buscándolo cuando por fin lo encontró, se acercó a el y le dijo:

-Oye, disculpa, los bomberos acaban de pedirme que busque a un hombre lo suficientemente fuerte para ayudarlos- le comentó Jane.
-Y ¿Por qué crees que soy el indicado?- le preguntó el chico.
-Por que eres el más grande de todos, vamos ¿Por favor? ¡¡Ayúdalos!!- le gritó la chica.
-Está bien, está bien ya voy- dicho ésto, el chico se alejó para ayudar a los bomberos a sacar a Emma.

Mientras, Jane regresó junto a Tom para ver qué sucedía después.
-Listo, lo he encontrado...mira, es el chico de cabello rubio con ojos de color miel que está sosteniendo a Emma.- le dijo la chica.
-S, ya lo vi....ahora me doy cuenta de donde sacaste esos bellos ojos color miel- le comentó el rubio sin pensar.
Jane se quedó callada y lo miró fijamente, lo miró con ternura y esbozó una gran sonrisa, Tom en cambio la miró también pero luego corrigió lo que había dicho.
-Si...Hmmm, ahora me doy cuenta de quien sacaste los ojos color miel- terminó con un rosado en sus mejillas y un poco nervioso.
-Ahhh...ok.- le respondió Jane.

Los bomberos lograron por fin sacar a Emma del hoyo y el papá de Jane ayudó a Emma a levantarse, le estiró la mano y ella la aceptó gustosa.

-¿Estás bien?- le preguntó el chico.
-Sí, gracias...queé valiente fuiste- le dijo Emma ya sonrojada. ( -¡¡Si!! todo iba de acuerdo a como se sabía- se dijo Jane a sí misma).
-Dime ¿Cómo te llamas?- le preguntó el chico.
-Me llamó Emma, Emma Saybner... ¿Y tú?
-Josh, Josh Roonsworth. Encantado de conocerte.
-Igualmente- le respondió Emma.
-Vamos a que te revisen, ojalá no te haya pasado nada grave.
-Sí, está bien.

Un resplandor dorado cubrió toda la calle, la gente se quedó sorprendida y después de unos minutos, éste cesó. El lugar que ocupaban Jane y Tom en la escena ahora se encontraba vacío, y el medallón tirado en el piso entre las tablas.

Jane abrió los ojos...toda la gente había desaparecido y se encontraba abrazada al rubio que seguía con los ojos cerrados. Ya no vestían con aquella ropa extraña, ahora llevaban puesto sus uniformes de la escuela y curiosamente aquellos edificios abandonados, ahora eran su escuela.

-Ehh... ¿Tom?-le preguntó Jane.
-¿Ya acabó?- le preguntó este.
-Pues si, ya me puedes soltar...¡¡Mira!! ¡¡Hemos regresado al presente!!
Tom abrió los ojos y pudo ver que lo que decía la castaña era cierto- Si... ¿Cómo lo hemos hecho?
-Tom,¡¡Concluimos lo que teníamos que hacer para regresar!! ¡¡Lo hemos conseguido!!- de la emoción, Jane abrazó a Tom y luego lo miró fijamente sin dejar de abrazarlo.

-Es ahora o nunca Tom, bésala- se decía a sí mismo- No, como crees...creerá que soy un tonto.- se respondía- Pero si no lo haces ahora, no sabrás qué piensa ella de ti.
Pues no tuvo que deliberar tanto consigo, porque después de éso, la besó tiernamente...Esperaba que le abofeteara o que lo pisara...pero no, ¡¡Estaba correspondiendo el beso!! (¡¡Que tierno!! esa fue la forma en que los dos se dieron cuenta que se amaban y más de lo que pensaban. Ojalá y se hubieran quedado así un buen rato, pero tampoco es para que se acaben de un día para otro.).
Se separaron y se miraron un poco apenados.

-¿Por qué me diste un beso?- le preguntó la castaña.
-¿Por qué me lo correspondiste?- le preguntó el rubio.
-Por la misma razón que tú me lo diste- le respondió la castaña.
-¿Porque me amas?
-Pues...
-Porque yo a ti sí y mucho...más de lo que te imaginas.
-¿Pero cómo te empecé a gustar?
-Cmo yo te empecé a gustar- le dijo el ojigris- Me empezaste a gustar desde que comenzamos a trabajar juntos, y por ti también....con todos los detalles que mostraste conmigo durante el viaje al pasado y al empezar a preocuparme por ti.
-Ohhh...- dijo sonrojada.
-Ahora ¿Qué hicimos para volver?
-Creo que al yo buscar a mi padre para que ayudara a mi mamá fue eso que teníamos que resolver. Si yo no lo hubiera buscado, jamás se hubieran conocido, y si jamás se hubieran conocido yo...no existiría.
-Pero entonces ¿Por qué encontramos el medallón entre esas tablas?
-Me imagino que...bueno, yo traía el medallón, así que se me debe haber caído entre las tablas que pegaron para tapar el hoyo.
-Pues..
-Pues son las 12:00 del día...¿Por?
-¡¡Estamos en clase, vámonos!!- le respondió el rubio, la tomó de la mano y corrieron hacia la escuela.

Llegaron al salón y entraron sin pedir permiso, se sentaron y todo mundo los vio sorprendidos. Al llegar el recreo, todos los maestros los detuvieron en el salón y Rupert y Daniel también se quedaron.

-Nos podrían explicar ¿Dónde andaban?- les preguntó el director Danyor.
-Pues...aquí y allá- respondió el rubio.
-Por favor, contesten con la verdad- le reprendió el director
-Hicimos un viaje...a otra ciudad- mintió la castaña.
-Hmmm...Por haber faltado a clases, se les castigará y en sus casas les espera el mismo destino.- terminó el director y salió del aula.

Todos se miraron y después el profesor de Física entró en el aula haciendo mucho ruido, se dirigió a los dos chicos que se encontraban rodeados por maestros y amigos.

-Me he enterado de que han faltado a clases, así que quería comprobar que no hubieran descuidado el trabajo. Díganme ¿Qué llevan?- les preguntó el maestro.
-Pues ya casi acabamos, necesitábamos obtener más información por eso salimos de la ciudad.- le dijo el ojigris.

Pero los únicos que no se tragaban el cuento de ellos eran Rupert y Daniel, que tenían cara de pocos amigos y miraban con furia a Tom.
-Bueno, entonces los evaluaré mañana, hasta pronto- dijo el profesor de física y se fue, dejando solos a Tom, Jane, Rupert y Daniel.

-¿En dónde se metieron?- preguntó Rupert a Tom fulminándolo con la mirada.
-Donde no te importa- le respondió altaneramente.
-Nos importa y mucho, no estamos hablando solamente de ti, sino también de Jane- le contestó Daniel.
-Chicos, por favor...- decía Jane.
-¿Dónde estaban? Por última vez.- preguntó Daniel.
-Ya te dije que no te importa.
-Chicos...
-O nos dices o...-empezó Rupert.
-¡¡Estábamos fuera, viajamos al pasado y no podíamos volver, pero resolvimos algo y regresamos SANOS Y SALVOS!!- dijo rápidamente Jane.
-¿QUÉ?- dijeron el pelirrojo y el ojiverde a coro.

Jane y Tom se miraron, sonrieron y salieron del salón dejando a los dos chicos boquiabiertos por el comentario de su amiga.
-¡¡Espera Jane!!- gritó Daniel corriendo hacía ellos
-¡¡Sí, ¿Qué has dicho?!!- gritó Rupert imitando a su amigo.

Los otros se limitaron a voltear, a sonreírles y seguir caminado.

No hay comentarios: