jueves, 3 de abril de 2008

La mina

Ana Paula Yerenas

Un día, la familia Azanza y la familia Camarena, decidieron ir a un lugar nuevo donde nunca nadie había ido, o mejor dicho, estaba abandonado. Cuando llegaron a ese lugar desconocido, Carlos, que era el hijo menor de la familia Camarena, pregunta a su padre: -¿En este lugar podremos tener aventuras?, y le contesta, -¡Claro, y serán bastante divertidas!, pero en este momento tenemos que buscar en dónde podamos pasar la noche.

A lo lejos alcanzan a ver un portón que a primera vista se encontraba bastante maltratado y no contaba con ningún elemento para poder llamar a alguien que les abriera y a quien le solicitaran hospedaje. Esperaron por un momento y al no recibir respuesta, empezaron a empujar el portón con tal fuerza, que comenzó a abrirse muy lentamente haciendo un ruido estremecedor y horrorizante, como si se tratara de una película de terror. Detrás de la oscuridad de la puerta y con los rayos del sol que entraron en el momento de abrir el portón, percibieron un horrible olor que salía del interior. Entonces descubrieron que se trataba de la entrada de una mina.
El miedo empezó a invadirlos, sin embargo todos decidieron entrar a averiguar de qué se trataba y la oscuridad que los envolvía iba haciéndose más densa al ir avanzando, a cada paso, tanto que los obligó a pensar que podría ser peligroso el permanecer ahí dentro. Luego, escucharon un pequeño ruido salir desde el fondo de la mina. El miedo los invadió y comenzaron todos a correr para alcanzar la puerta de salida. Carlos, que nunca había tenido miedo, ni siquiera cuando le contaban historias de terror, decide no seguirlos y quedarse en el interior de la mina para investigar.

Después de un largo rato de caminar por el bosque, el resto de la familia, alcanza a ver a lo lejos una luz que provenía de un valle en el centro del bosque. Al llegar ahí se encontraron con una cabaña con las habitaciones suficientes para albergarlos y así para pasar la noche. Rodrigo, el hijo menor de la familia Azanza, pregunta -¿Dónde está Carlos? Gerardo, papá de la familia Camarena, inmediatamente empieza a buscarlo y se da cuenta que no estáentre ellos. Pregunta a todos si lo habían visto y al escuchar respuestas negativas, comienza a buscarlo cerca de la cabaña, pero sin encontrar rastro de él.

Mientras tanto, Rodrigo inició su búsqueda regresando por el mismo camino que habían recorrido anteriormente hasta llegar al portón de la mina. Entró, cruzó el portón y se da cuenta que una sombra pasa de manera muy rápida frente a él. Siente mucho miedo y de inmediato piensa -¡Ésa puede ser una broma de Carlos! Así que grita muy fuerte -¡CARLOS!, recibiendo como respuesta sólo el eco de su voz. Comienza a caminar adentrándose en la mina para tratar de encontrarlo. Después de un largo rato de búsqueda, Rodrigo intenta regresar hacia la salida, pero se encuentra con dos caminos que se separan uno de otro dentro; toma el camino que cree será el correcto para alcanzar la salida y al poco tiempo se da cuenta de que se está perdido dentro de la mina.

En el bosque continúan las dos familias buscando a Carlos y al momento de reunirse nuevamente en la cabaña se dan cuenta de que tampoco Rodrigo había regresado de la búsqueda, por lo que ahora son dos los que se encuentran perdidos.

China, la hija menor de la familia Azanza, propone ir a buscarlos a la mina, ya que Rodrigo le había comentado en el camino hacia la cabaña que le gustaría tener una gran aventura, igual que lo había señalado Carlos.
Cuando se dirigían hacia la mina se dieron cuenta que había una cascada muy grande y bonita con el agua tan clara que parecía en su caída el gran velo de una novia. Las nubes empezaban a aparecer y en pocos minutos se desat una ´fuerte tormenta que los obligó a refugiarse bajo el portón de la mina. Al cruzar el portón e internarse en la oscuridad, percibieron la misma sombra que Rodrigo vio, sin embargo no le dieron mayor importancia. Se dividieron para buscarlos y después de mucho tiempo localizaron a Rodrigo, quien les señaló el camino que tal vez siguió Carlos. Sin embargo era demasiado tarde y la oscuridad de la noche los obliga a regresar para continuar la búsqueda al día siguiente.

A la mañana siguiente ingresan nuevamente a la mina y en el camino que ya había mostrado Rodrigo, encuentran una puerta misteriosa y muy tenebrosa que les da miedo abrir, por lo que siguen por el otro camino.

Cansados ya de buscarlo, deciden regresar y abrir la puerta misteriosa que habían visto. Al llegar y abrirla, ven a una persona que parece ser Carlos y al acercarse más se dan cuenta de que sólo era un pobre anciano que llevaba más de 25 años dentro de la mina. El anciano muy feliz, se sorprende de la visita y les pide que lo ayuden a salir de la mina ya que en mucho tiempo no ha podido encontrar el camino para escapar de ahí. Rodrigo le pregunta -¿Cómo llegó aquí?, el anciano le contesta, -Yo sólo buscaba aventuras en este bosque y encontré esta mina y quise averiguar y resultó que estaba encantada y no sólo éso, sino que además hay cosas muy aterradoras aquí dentro. A ésas, yo les llamo “wolpoch”. Gerardo le pregunta a qué se refiere y son peligrosas. El anciano le responde, “wolpoch” es una extraña clase de animal que tiene una velocidad increíble y que por su rapidez puede alcanzar a su enemigo sin dificultad. -¿Por qué tantas preguntas?, dice el anciano, y le contestan: -Porque Carlos se encuentra perdido, en esta mina y no lo hemos podido encontrar, contesta Gerardo.

Al enterarse de esto, el anciano les dice que cree saber en donde está y les pide a todos quelo sigan. Van detrás de él sin imaginar que se trataba también de un “wolpoch”. Cuando llegan al lugar al que los conduce el anciano, ven sobre una gran piedra a Carlos atado de pies y manos con una cuerda que lo sujeta a una viga de la mina. El anciano, al ver la cara de asombro de todos ellos, se dirige a un “wolpoch” y Gerardo percibe que el anciano se separa. Entonces le dice que si no pensaba ayudarlos y el anciano le responde: -No, porque soy el dueño de la mina y no me gusta que me despierten. China le contesta -¡Nadie te despertó! - Sí, señala el anciano, ya que al abrir el portón me despertaron, por lo tanto mi venganza será matar a Carlos. Angustiados corren hacia Carlos sin poder desamarrarlo y de repente por el ruido que hicieron, la mina empieza a rugir, amenazándolos con derrumbarse, así que rápidamente logran desatar a Carlos y corren lo más rápido posible hacia el portón de salida. Al llegar allí, se dan cuenta que el portón se encuentra atascado, impidiéndoles la salida. Uno de ellos logra ver a lo lejos un pequeño rayo de luz que los orienta y comienzan a correr hacia esa luz y logran encontrar una pequeña salida que los llevara hacia la libertad.

Un año después, se enteran que el lugar que ellos habían visitado, era realmente una mina abandonada junto a un pueblo del que sus habitantes habían desaparecido de forma misteriosa

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